miércoles, 12 de enero de 2011
MI DENUNCIA CONTRA FRANCISCO CHAVIANO
Por: Ana Margarita Perdigón Brito
Aunque el señor Francisco Chaviano González no me ha atacado directamente (pues se ha limitado a señalar que soy “la mujer de René Gómez Manzano”), deseo plantear las siguientes cuestiones:
1. El señor Chaviano no es quién para poner en duda la legitimidad de mi condición de miembro del Secretariado Pro Tempore de la Agenda para la Transición Cubana. Tengo ese carácter porque los miembros de la Junta Nacional me hicieron el honor de elegirme, pues fui segunda en número de votos recibidos, incluso por encima de él.
2. Por supuesto que no puedo estar de acuerdo con que alguien (como hizo Chaviano en este caso) se coja el dinero de una organización, cosa que está probada con documentos y que sí frena el desarrollo de la Agenda. Lo exhorto a que devuelva lo que tomó indebidamente y, en caso contrario, le advierto que tendrá que atenerse a las consecuencias.
3. Los problemas de Chaviano con el manejo del dinero venían de atrás, como lo pusieron de manifiesto los debates de él con Elizardo Sánchez, Gisela Delgado y Héctor Palacios, quienes únicamente pedían que hubiera transparencia en las finanzas, lo cual bastó para que Chaviano se sintiera muy ofendido y los acusara de “agentes de la Seguridad del Estado”.
4. Como mujer, tampoco puedo estar de acuerdo con el acoso sexual que Chaviano realizó contra Martha Bonachea Rojas, también miembro del Secretariado de la Agenda. Me parece el colmo de la bajeza acusarla de “agente de la policía política” porque ella no le dio el sí.
5. Me da asco la forma en que Chaviano miente: todos los miembros del Secretariado de la Agenda, que coincidimos en la esquina de Calzada y L la tarde en que se produjo la reyerta entre Gómez Manzano y él, fuimos testigos de que fue Chaviano quien provocó la riña, al proferir insultos groserísimos que ningún hombre puede soportar, dando lugar al enfrentamiento físico. Aclaro que mi marido es una persona muy medida y respetuosa, y solo las grandes ofensas de Chaviano pudieron hacer que abandonara por un momento su ética personal.
6. Es el colmo que ahora Chaviano culpe a otros del hecho de que la Agenda no se haya reunido en varios meses, cuando, con su acoso contra Martica Bonachea, fue él quien dio lugar a que se optara por no reunir a la Junta Nacional, lo cual hicimos para evitar problemas mayores, pues nos sentíamos abochornados de que un dirigente de la Agenda pusiera sus apetitos personales por encima de los intereses de la Patria y aspirara incluso a expulsar a esa hermana sin tener prueba alguna contra ella. Como dice la misma Martica: “Mientras no le aclaré que yo, como mujer casada, no podía aceptarlo, él besaba el piso por donde yo pasaba. Cuando le dije que no, me acusó de ser una chivata”.
7. Sé que el Sr. Chaviano ha sido citado a todas las reuniones del Secretariado, pero hace meses que se niega a asistir, pues desea imponer su voluntad en la Agenda, violando las disposiciones internas de nuestra coalición y minimizando las opiniones de los demás miembros del Secretariado. Además, desconoce los órganos legalmente constituidos de nuestra coalición (empezando por el mismo Secretariado Pro Tempore), pues califica sus decisiones de “espurias”.
8. Rechazo las acusaciones infundadas y arbitrarias de “traidores” y “agentes de la policía política” que Chaviano les ha hecho a varios opositores, sin tener prueba alguna de ello; también estoy inconforme con las amenazas que él ha proferido. Creo que un buen patriota no se expresa públicamente contra otros disidentes de ese modo, lo cual solo sirve para llevar agua al molino de la Seguridad del Estado, poner en duda a la oposición pacífica cubana y enlodar los muchos años de lucha de diversos compatriotas.
9. Coincido con otros hermanos que piensan que al señor Francisco Chaviano González le vendría muy bien recibir un tratamiento médico especializado de carácter intensivo.
La Habana, 12 de enero de 2011.
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